Dentro de las funciones comunicativas,
encontramos que hay ciertos enunciados que utilizamos en nuestra vida cotidiana
y, a los que recurrimos sin darnos cuenta, son las fórmulas convencionales.
Fijan una comunicación cotidiana para facilitar los intercambios diarios. Frases de uso frecuente que se han
convertido en fórmulas habituales de expresar algo que no corresponde a un
sentido literal.
Ejemplo:
A – Disculpa,
¿Tienes hora?
B – Si.
Si la respuesta de B terminara ahí, lo más
seguro que A pensara que le está tomando el pelo. Lo normal sería que B dijera:
B – Si. Son las
10:41.
o B - No. Lo siento no tengo hora.
El sentido de la pregunta ¿Tienes hora? No es
saber si la tiene, sino que se la diga. El sentido literal de la pregunta no se
corresponde con la intención o la idea que se intenta expresar.
Las fórmulas convencionales pueden variar
según la situación, el tipo de relación entre los interlocutores, la cultura,
etc. Pero siempre van a mostrar una misma intención.
Es curioso observar, como cambia la manera de
expresar ese enunciado según la cultura. Si observamos el cuadro a continuación
vemos que los hispanohablantes tendemos a usar expresiones más directas,
imperativas, aunque hay que valorar las
distintas variantes dentro de los grupos hispano-hablantes.
La mayoría de las lenguas utilizan
prioritariamente las fórmulas convencionales.
Estás haciendo un buena buena síntesis de conceptos y referencias del curso. ¡Buen trabajo!
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